martes, 27 de diciembre de 2016

Hasta el Último Hombre (2016)


No sé como voy a vivir el resto de mi vida conmigo mismo si no me mantengo firme en lo que creo.

Vuelve Mel Gibson a la cartelera tras un ostracismo donde ha sido más conocido por sus borracheras, sus enfrentamientos y su racismo. Más allá de su participación en Los Mercenarios III o Machete Kills apenas había aparecido en la cartelera y su última película dirigida databa de 2006. Sin embargo, ha vuelto en plena forma y con el aplauso de la crítica con Hasta el último hombre (Hacksaw Ridge).

Centrándonos en su papel tras las cámaras hay que reconocer su buen hacer. Ya ganó en su mejor momento un Oscar a mejor director por Braveheart, también galardonada a mejor película. Si algo se puede decir de su cine es que no deja a nadie indiferente y que siente una atracción por la violencia más dura y sangrienta como se pueden ver en las decapitaciones de Braveheart, los sacrificios humanos de Apocalypto y sobre todo en su polémica representación de La Pasión de Cristo, que es ver una entrega de la saga Saw protagonizada por Jesús. Su última película sigue esta senda de redención a través de la violencia.

La trama se basa en hechos reales. Desmond T. Doss se convirtió en el primer soldado objetor de conciencia condecorado con la Medalla de honor por el Congreso de Estados Unidos. Doss se negó a disparar y a matar a sus enemigos, pero demostró una gran valentía como sanitario en la batalla de Okinawa, llegando a cargar 75 hombres heridos y ponerlos fuera de peligro.



 
Antes de eso Doss tiene que sufrir las burlas de sus compañeros que le acusan de cobardía y juicios militares debido a su indisciplina. Eso no quebró su firme de voluntad de luchar por los suyos en la contienda, ni tampoco sus ideales en los que no debía matar a ningún semejante.

La película supuestamente es pacifista por los ideales de Desmond como por la crueldad con la que muestra Mel Gibson la guerra. Es un film que habla sobre luchar por los tuyos sin causar daño al resto, aunque sea tu enemigo; de como ser un héroe sin disparar un solo tiro. Pero a la vez enaltece a la violencia como catarsis, como verdadera naturaleza del hombre.
 
La película se estructura en tres partes. Una inicial en la que se centra en la vida como civil del protagonista. Somos testigos de su relación con la religión, su tormentosa relación con su padre que es un veterano de la Primera Guerra Mundial y su enamoramiento con una joven enfermera. El inicio es flojo, previsible y abusa del melodrama, con partes realmente insoportables. Afortunadamente va remontando en la segunda parte en el que es adiestrado y humillado por sus creencias hasta un juicio militar. En esta parte se incluyen muchos guiños, con planos similares, a la primera mitad de La Chaqueta Metálica.




Bastante más disfrutable es la parte bélica, la parte del asalto a Okinawa. Aquí Mel Gibson nos descubre como es él en realidad y rueda una de las grandes secuencias de acción de la historia del cine, capaz de mirar a los ojos al inicio de Salvar al Soldado Ryan. Pero no se queda en un intercambio terrible de balas, sino que la misión suicida del joven Doss es rodada con suspense, violencia y el drama necesario para un gran final.

Mel Gibson es exagerado. Tanto en su mensaje religioso que está presente en su primera mitad, como en la violencia como narrador. La narración es bastante fuerte, remarcando lo que busca transmitirnos. La segunda parte es realmente gloriosa. Mel Gibson en estado puro. Incluso te mete de forma gratuita el suicidio por Seppuku de un japonés. Pero uno ya está en la vorágine en la que se incluyen cuerpos quemados, vísceras o ratas devorando hombres. Todo un espectáculo.

Por su parte, el guión es de manual, sin sorpresas y con ciertos toques de telefilm o del Diario de Noah. Lo firman Robert Schenkkan y Andrew Knight con cierto aire clásico, o mejor dicho rancio, con un manejo maníqueo de los personajes, especialmente en la demonización de los japoneses a pesar de un intento final de tratarlos como hombres de honor, posiblemente  se lo tengamos que agradecer más a Gibson que a los guionistas. La verdad es que se agradece y se nota cuando el veterano actor de películas como Gallipolli coge el timón en el argumento.




Andrew Garfield se muestra convincente en su papel. Tanto como el joven ñoño y religioso, como el hombre valiente que no ceja su empeño de salvar a uno más de sus compañeros. Después de ser el fallido Spiderman, este año tiene la oportunidad de consolidar su carrera con este papel y el de Silencio de Martin Scorsese. Hugo Weaving hace una gran interpretación como su padre, con más matices de lo que podemos prever al inicio. Teresa Palmer tiene un papel muy soso como la novia de Doss. Los compañeros en el ejército están correctos, en especial Vince Vaughn como sargento.

Otro aspecto de la película a destacar es el estilo de acción, con influencias a la hora de rodarlas de Mad Max de George Miller, sin excesivos efectos digitales quitando el fuego y algun detalle más. Todo elemento tanto visual en la fotografía -hay una gran diferencia entre los colores usados en las dos mitades de la película - como musical - con una gran banda sonora que es protagonista sobre todo en el final – está hecho para enfatizar ese mensaje de redención a través del infierno de la violencia, lo que nos hace preguntarnos si realmente es un film pacifista o no.

Mel Gibson no gustará a unos, ya sea como persona o por sus excesos violentos como director. Pero no hay que dudar de su talento como cineasta y de su visión personal de la vida. Una película que contiene una de las más impactantes secuencias bélicas del cine, y ya solo por ello merece la pena ser vista, gustándome – con sus cosas – el resultado final.

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¿Tengo que ver esto?: Si eres capaz de sobrevivir al sadismo de Mel Gibson y a la primera mitad pastelosa, sí. Especialmente si eres fan del cine bélico.

¿Cuál es el mejor momento?: La batalla

¿Dónde debería ver esto?: En una trinchera con este disco de fondo.

Me ha gustado, ¿dónde hay más?: Salvar al Soldado Ryan es el ejemplo más claro como historia bélica. Como mensaje religioso violento tiene muchos puntos en común con La Pasión de Cristo del mismo Mel Gibson. Otra película similar puede ser Invencible dirigida por Angelina Jolie.

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